Tormenta eléctrica
¿Qué es una tormenta eléctrica?
Una tormenta eléctrica es un fenómeno meteorológico generado por una nube cumulonimbus que viene acompañada por truenos y relámpagos y, en algunas ocasiones, también por fuertes vientos y precipitaciones (según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, NOAA, por sus siglas en inglés). Es, en términos más sencillos, una manifestación eléctrica en la atmósfera.
Las tormentas eléctricas se generan a partir del calor y la humedad, por lo que pueden darse en cualquier parte del mundo siempre y cuando estén garantizadas dichas condiciones. Básicamente, responde a la combinación del aire caliente que sube desde una superficie terrestre y una fuerza que permite levantarlo, tal como una brisa marina, una montaña o un frente frío.
Ocurren cerca de dos mil tormentas eléctricas en todo el mundo, en cualquier momento dado.
¿Cómo se origina una tormenta eléctrica?
Una tormenta eléctrica requiere de la existencia de humedad, aire ascendente y un mecanismo de elevación que empuje el aire. Teniendo en cuenta estos tres elementos, el fenómeno atmosférico ocurre cuando el aire caliente de las capas más bajas de la superficie asciende, permitiendo que el agua de la superficie se evapore y eleve la humedad para formar nubes.
Las nubes, por su parte, se acumulan, crecen y se oscurecen conforme se llenan de agua. Mientras tanto, el aire frío y seco de las capas superiores de la atmósfera, o corrientes descendentes, lleva la humedad hacia abajo y hace que caiga como lluvia.
Las nubes que se forman y que provocan tormentas eléctricas pueden alcanzar hasta 16 km de alto. Los relámpagos pueden llegar a alcanzar temperaturas de hasta 30.000 grados centígrados, lo que provoca la luz blanca propia de la descarga eléctrica. Por otra parte, el sonido de los truenos es consecuencia del aire caliente que se expande, generando una onda de choque.
¿Cuáles son las fases de una tormenta eléctrica?
Toda tormenta eléctrica cuenta con un ciclo vital de tres fases o etapas:
- Nacimiento: también llamada fase de cúmulo, consiste en el momento en el que la masa de humedad se eleva hacia la atmósfera y las nubes empiezan a adquirir mayor dimensión. Si la carga es de agua y no se genera ningún rayo, no se entenderá como una tormenta eléctrica. En esta fase, se comienzan a producir partículas de cristales de hielo en la parte superior de la nube.
- Madurez: la nube es un cúmulo que va creciendo hacia arriba y cuando ha llegado a su máximo desarrollo vertical se forma el cumulonimbus, cuyo interior consta de corrientes de aire descendentes en forma de precipitación que cae con intensidad en la parte baja de la atmósfera. Dentro de las nubes se produce un fenómeno de turbulencia y los relámpagos aparecen en toda la extensión de las nubes.
- Disipación: es la etapa en la que las nubes se dispersan hacia los lados y el aire caliente de la superficie es reemplazado por el aire frío. En esta fase solo hay corrientes descendentes y las precipitaciones son cada vez más débiles.
¿Qué tipos de tormentas eléctricas existen?
Los principales tipos de tormentas eléctricas son:
- Tormentas de célula simple: son las más débiles, aisladas y cortas, y no se retroalimentan de energía.
- Tormentas multicelulares: poseen dos o más células. Son más intensas y largas que las anteriores, además de ir acompañadas de viento o granizo. Es de las más habituales e incluye un cúmulo de tormentas eléctricas.
- Tormentas de supercélula: son de las más intensas, capaces de producir tornados. Se trata de tormentas que se retroalimentan a sí mismas, manteniendo así su carga de energía eléctrica.
- Línea de turbonada: se trata de una línea de tormentas activas de cientos de kilómetros de largo. Suelen estar acompañadas de ráfagas de vientos huracanados y fuertes lluvias.