Calidad del aire
Una buena calidad del aire es imprescindible para mantener una buena salud por parte de la población.
La calidad del aire resulta imprescindible para que la salud de las personas se desarrolle con normalidad. Una desviación de los compuestos químicos con los que hemos evolucionado durante milenios puede hacernos enfermar. De ahí que sea importante monitorizar el aire y establecer políticas para descarbonizar la atmósfera, así como limpiarla de gases con efectos nocivos sobre seres vivos.
Compuestos contaminantes
Las ciudades llevan años midiendo los diferentes componentes de gases de efecto invernadero derivados de la combustión de vehículos, calderas, y actividad en las empresas (CO2, CO, CH4); así como gases cancerígenos como los compuestos hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), los aceites minerales, el tricloroetileno (TCE), la 4,4′-Metilenodianilina, el epiclorohidrino (C), el dibromuro de etileno o el dicloro de etileno. Y haciendo estudios al respecto.
Consecuencias
Recientes estudios científicos han demostrado cómo algunas de estas emisiones provocan daños en los bebés, reduce la esperanza de vida, provoca muertes prematuras. Con respecto a los pulmones genera enfermedades obstructivas, neumonías, afectaciones a la respiración e incluso cáncer de pulmón, según la Organización Mundial de la Salud.
Pero también afectan al cerebro con ictus, daños neurales, baja salud mental en niños o enfermedades neurodegenerativas como alzheimer. Incluso afecta al corazón con infartos de miocardio, arritmia o fallos congestivos cardíacos, y a la reproducción humana. Las consecuencias son notables.
Soluciones
La gravedad de estos hechos ha fomentado medidas para un cambio completo en el modo de plantear las ciudades, orientándolas hacia una movilidad limpia, así como la modificación de la economía hacia una baja o nula en carbono a través de las Agendas 2030 y estrategias climáticas con objetivos de reducción de emisiones a todos los niveles.
Nuestra determinación a la hora de reducir emisiones nos ha llevado a medir el 100% de las mismas desde 2009, al tiempo que establecemos una hoja de ruta de reducción paulatina en consonancia con el Acuerdo de París y alineamos el atractivo inversor de la empresa a través de índices que valoren la cantidad de carbono emitido.
