Viaductos

Los viaductos son un tipo de infraestructura que busca salvar valles, en su totalidad, y accidentes geográficos como barrancos, pantanos o embalses. En origen, los viaductos romanos se construían de piedra y mediante arcos, como los acueductos. Siglos después, cuando el ferrocarril se extendió por Norteamérica, la madera sustituyó a la piedra por temas económicos (la madera era abundante).

Construcción de viaductos

En la actualidad, los materiales más utilizados para su construcción son el hormigón armado y el acero, ya que con pocos pilares se pueden salvar grandes distancias. Sin embargo, una de las grandes dificultades de estas construcciones de ingeniería radica en la falta de apoyos o la distancia entre estos al suelo.

Viaducto del Barranco de Erques

En el primer caso, el viaducto se apoya tan solo en dos pilares en los extremos del puente, como ocurrió con el Viaducto del Barranco de Erques en la Isla de Tenerife. Para esta megaestructura hizo falta una excavación y cimentación de los extremos con materiales locales, así como el transporte de dos arcos de 110 metros de longitud y cuatro tramos de pasarela colgante.

Viaducto de Montabliz

En el segundo caso, si se intenta salvar una distancia elevada, la altura de los pilares puede ser considerable. En España tenemos el ejemplo del Viaducto de Montabliz, que salva 721 metros. Construido en cinco tramos, su vano central mide 175 metros y el pilar más alto 130 metros. En estos casos es frecuente el uso de encofrado deslizante en los pilares.

Viaducto de Castilblanco

Mención especial merecen los viaductos sobre embalses o valles inundados por la construcción de una presa. A la dificultad de salvar la distancia horizontal, se añade que gran parte de la altura de los pilares se encuentran bajo el nivel del agua. Es el caso del Viaducto de Castilblanco, de 437 metros de longitud, que fue reconstruido en 2015 por Ferrovial en paralelo al antiguo.