Depósitos
Los depósitos son estructuras con volúmenes muy grandes. Normalmente se construyen de metal, hormigón o barrera geosintética y se usan para almacenar todo tipo de fluidos y materiales. Estos se gestionan y se aprovechan mediante técnicas de limpieza o recuperación.
Tenemos gran experiencia en la realización de Depósitos aplicando la técnica del encofrado deslizante. Depósitos para gas licuado, depósitos en altura o digestores son nuestras principales referencias en este sector.
La generalización de la utilización del encofrado deslizante en la ejecución de grandes depósitos se explica, además de por la velocidad de ejecución, simplicidad y otra serie de ventajas, en una propiedad característica de este método: la ausencia de juntas de hormigonado, consiguiendo el monolitismo de la obra evitando las juntas, lo que le confiere, además de una mejora de calidad estructural, una mejora funcional cuando se trata de estructuras para almacenamiento de líquidos y gases.
Nuestra aportación en la ejecución de depósitos elevados alcanza desde el deslizamiento del fuste hasta el izado, con un sistema de gatos especiales, de la copa o vaso que se ha ejecutado en el suelo. De esta forma se elimina la necesidad de cimbras y la ejecución del vaso a gran altura.
Para depósitos y digestores, dado los grandes diámetros de este tipo de obras, utilizamos un doble sistema de arriostramiento, compuesto por:
- Arriostramiento perimetral, formado por una estructura tubular triangulada doble conectada al encofrado.
- Arriostramiento radial, formado por un anillo central y un conjunto de tensores conectados al encofrado.
¿Qué tipos de depósitos hay?
Depósitos de agua
Los depósitos de aguas fluviales, de aguas residuales o de vertidos industriales son algunos ejemplos de los depósitos orientados a la ingeniería hidráulica. Es frecuente encontrarlos en plantas de tratamiento de aguas, para diferentes fases del proceso de depurado, en técnicas de decantación y de tratamiento químico de aguas residuales industriales.
Depósitos de materiales
Casi todas estas infraestructuras cuentan con depósitos finales de diferentes tipos como en el caso del almacén de secado térmico. Se construye para ser resistente a explosiones debido a la volatilidad de los sólidos presentes.
Incluso cuando el material es difícilmente aprovechable los depósitos se convierten en una alternativa más sostenible que el tradicional vertedero. También se construyen para encerrar otro tipo de materiales en el inicio de la cadena de valor, no derivados de residuos: desde productos alimenticios a productos químicos.
Depósitos controlados
Otro tipo de almacenes son los depósitos controlados. Son un tipo especial de depósitos con barrera geosintética ubicados, normalmente, al final de la cadena de gestión de residuos. Dicho esto, algunos de estos materiales aún pueden aportar recursos como el biogás o permanecer encerrados hasta que la toxicidad, radiactividad, combustibilidad, etc. se reduzca. Posteriormente serán reutilizados de nuevo entrando a formar parte como materia inerte. También es imprescindible ayudar al drenaje del terreno, especialmente en entornos muy urbanizados en los que la capa natural se encuentra cubierta por una película impermeable formada por edificaciones y calles.
Filtrar el agua al terreno suele realizarse en cámaras subterráneas, mediante depósitos de celdas drenantes, que facilitan la recarga de acuíferos naturales como es el caso de la estación de Metro de Paco de Lucía en Madrid.