Carreteras
Las carreteras son, probablemente, una de las infraestructura más importantes jamás construidas y una de las más usadas por los viajeros. Se aprecia su importancia al observar los mapas desde tiempos romanos y relacionar las redes de carreteras con el comercio y este, a su vez, con la prosperidad de los diferentes pueblos a los que toca. Se han convertido en un elemento imprescindible para la movilidad.
Se estima, según el Ministerio de Fomento de España, país en el que nació Ferrovial, que “aproximadamente un 90% del tráfico interior de personas y mercancías se mueve por este medio”. Las cifras son similares en el resto del mundo.
Claramente favorecen la circulación de vehículos. Desde camiones de gran tonelaje, turismos y motos, por autopista; a vehículos ligeros, como bicicletas, por carretera. Esta infraestructura tiene un importante rol cultural al conectarnos entre nosotros. Es el tejido que permite el comercio, las relaciones empresariales y, lo más importante, las reuniones familiares.
¿Cómo se construye una carretera?
Carreteras y autopistas suelen tener la misma estructura:
- Se inicia con la plataforma, la parte de la carretera para el uso de vehículos que incluye la calzada y los arcenes. La calzada suele estar dividida en carriles, y los arcenes hacen las veces de espacio de seguridad en situaciones excepcionales.
- Se define el proyecto de trazado de la vía y se obtienen las licencias necesarias.
- Comienza la construcción con el despeje, para eliminar elementos presentes en el trazado.
- Tras el movimiento de tierras necesario, se compacta la sub-rasante, la parte superior del terreno de explanación.
- La sub-base se coloca sobre ella con los materiales seleccionados según el terreno, clima, tipo de vía, etc.
- Sobre la sub-base se coloca ahora una base, generalmente de cemento, materiales pétreos o piedra triturada, que dará solidez a la carretera.
- Sobre ella se tiende la carpeta asfáltica, la capa visible en contacto con el vehículo. Cada una de estas capas tiene su función, así como la de elementos auxiliares como el arcén, la mediana o las cunetas (a menudo revestidas) para desalojar agua.
