¿Qué son los gases de efecto invernadero?
Los gases de efecto invernadero (GEI), también conocidos como GHG o GhG por sus siglas en inglés (greenhouse gas), son gases que absorben y emiten radiaciones térmicas cuya longitud de onda se ubica dentro del rango del infrarrojo.
Aunque los gases de efecto invernadero existen en la naturaleza, las actividades humanas han aumentado de manera exponencial su presencia. La acumulación de estos gases en la atmósfera es la principal causa del cambio climático.
¿Cuáles son los principales gases de efecto invernadero?
- Dióxido de carbono (CO2): también llamado dióxido de carbono, gas carbónico o anhídrido carbónico, es el gas de efecto invernadero más común. Su principal fuente de emisión es la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón). También se produce como resultado de la deforestación y en la putrefacción anaeróbica de plantas y suelo.
- Metano (CH4): se genera principalmente en los procesos de producción y transporte de combustibles fósiles, aunque también es una emisión del cultivo de arroz y de la ganadería (la digestión del ganado produce grandes cantidades de metano). A pesar de que su concentración en la atmósfera es muy baja, tiene una capacidad de calentamiento 25 veces superior a la del CO2.
- Clorofluorocarburos (CFC): son derivados de los hidrocarburos saturados cuya producción está relacionada con los aerosoles y la refrigeración. Una vez liberados a la atmósfera, se descomponen y liberan átomos de cloro que destruyen las moléculas de ozono; por esta razón son los principales responsables de la pérdida de densidad de la capa de ozono.
- Óxidos de nitrógeno (NOx): son todos los compuestos químicos formados por la combinación de moléculas de oxígeno y nitrógeno. Se producen en la combustión.
- Gases fluorados: emitidos por la industria durante la fabricación de equipos eléctricos y electrónicos y por sistemas de refrigeración y aire acondicionado.
¿Cuál es el impacto de los gases de efecto invernadero?
Desde la Revolución Industrial, los gases de efecto invernadero han aumentado más y más su concentración en la atmósfera, y esto ha generado una serie de cambios en los ecosistemas globales. Algunos de las principales consecuencias de los gases de efecto invernadero en la atmósfera son:
- Aumento de la temperatura media del planeta.
- Eventos climáticos extremos más frecuentes y drásticos, como sequías, inundaciones, tormentas y olas de calor.
- Derretimiento de los glaciares y casquetes polares.
- Aumento del nivel del mar.
- Acidificación de los océanos debido a la absorción de dióxido de carbono, lo que amenaza a los ecosistemas marinos y a la vida marina.
- Alteración de los patrones de precipitación, lo que puede afectar los ciclos de vida de los ecosistemas, la disponibilidad de agua dulce y la productividad agrícola.
- Pérdida de biodiversidad.
¿Cómo se puede atenuar el impacto de los gases de efecto invernadero?
El impacto de la concentración de gases de efecto invernadero es visible, y algunas consecuencias son ineludibles, por lo que es urgente la implementación de medidas de mitigación y prevención; por ejemplo: proteger las comunidades costeras, mejorar la resiliencia agrícola, fortalecer las infraestructuras, etc.
¿Cómo se pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero?
La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es fundamental para frenar el cambio climático y favorecer los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Algunos de los principales esfuerzos que pueden hacerse en este sentido son:
- Acelerar la transición hacia fuentes de energía renovable.
- Mejorar la eficiencia energética.
- Reforestar.
- Adoptar prácticas agrícolas sostenibles.
- Potenciar la reutilización.
- Reorientar los hábitos de consumo.
- Promover la transición hacia una economía de residuo cero.
Otras acciones buscan revertir la producción de gases de efecto invernadero por medio de la tecnología. La geoingeniería (también como ingeniería climática o como intervención climática) busca modificar a gran escala el clima terrestre para revertir los efectos de la actividad humana sobre él. Estos procesos se puede englobar en dos grandes ramas:
- Gestión de radiación solar (GRS), cuyo objetivo es reducir la cantidad de radiación solar que alcanza la superficie terrestre a través de diversas acciones como la siembra de nubes o la introducción de aerosoles estratosféricos.
- Reducción del dióxido de carbono, tanto de forma directa como a través del fomento de mecanismos naturales de eliminación del gas. Algunos de estos métodos son:
- Captura directa del aire para extraer el dióxido de carbono o para almacenarlo en el suelo agrícola superficial.
- Bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS): propone la producción de biomasa de la cual extraer energía capturando el CO2 .
- Fertilización oceánica: potenciar el crecimiento del fitoplancton mediante la introducción de hierro y otros nutrientes. Durante su proceso de fotosíntesis, el fitoplancton utiliza CO2 atmosférico. Al morir, estos organismos acuáticos arrastrarían el agente contaminante al fondo del mar.
- Aforestación: creación de nuevos bosques en lugares donde nunca los ha habido.
Instituciones como la NASA (EE.UU.) y la Royal Society (Reino Unido) han hecho investigaciones en estos campos. Sin embargo, al día de hoy existe una enorme polémica sobre la eficacia de estos métodos y, especialmente, sobre sus efectos colaterales.