¿Qué son los sistemas de control eléctrico?
Se trata de un conjunto de dispositivos automatizados que controlan la transformación, el transporte y la distribución de la energía eléctrica en equipos, ya sean industriales o domésticos, además de regular el flujo de la corriente eléctrica que se necesita para su correcto funcionamiento.
Estos mecanismos deben ser capaces de:
- Garantizar la estabilidad de la corriente eléctrica.
- Ser eficientes en cada una de sus fases de control.
- Ser fáciles de implementar por los operadores.
A nivel industrial, existen máquinas que funcionan gracias a distintos dispositivos que responden a un sistema de control eléctrico. Tal es el caso de los interruptores de control o los conductores de electricidad para el arranque de motores, bombas, refrigeradores, etc.
Los sistemas de control eléctrico son esenciales en varios sectores: industrias, barcos, aviones, incluso hasta en centrales nucleares. Abarcan desde la ingeniería y construcción hasta la fabricación industrial de alimentos y bebidas, y sirven para garantizar que los equipos y procesos involucrados cumplan satisfactoriamente con sus funciones mecánicas.
¿Qué objetivos tiene un sistema de control eléctrico?
- Equilibrar la producción y la demanda de potencia eléctrica.
- Reducir los costes económicos y el impacto en el ambiente.
- Proporcionar energía de calidad, atendiendo a tres condiciones fundamentales: la frecuencia, la tensión y la continuidad del suministro.
¿Cuáles son los elementos que componen un sistema de control eléctrico?
Todo sistema de control eléctrico cuenta con los siguientes elementos constitutivos:
- Generadores: encargados de proporcionar la energía al sistema, además de provocar la diferencia de carga eléctrica; por ejemplo, las baterías.
- Conductores: encargados de permitir el paso de la corriente por medio de un material que presenta poca resistencia a la corriente eléctrica; por ejemplo, los cables.
- Receptores: responsables de aprovechar el paso de la corriente para generar algún efecto. Son los encargados de transformar la corriente eléctrica en otros tipos de energía útil; por ejemplo, las lámparas o los altavoces.
- Elementos de maniobra y control: dispositivos encargados de abrir o cerrar el circuito eléctrico cuando es necesario; por ejemplo, los interruptores.
- Protectores: encargados de proteger el sistema eléctrico de sobrecargas de tensión; por ejemplo, los fusibles.
Los elementos indispensables para el funcionamiento de un sistema de control eléctrico básico son: generador, conductor y receptor.
¿Cómo funciona un control eléctrico?
Un control eléctrico responde a la señal proveniente de una variable eléctrica para luego aplicar su función controladora gracias a la comparación que hace con un punto fijo que facilita una señal de entrada para, posteriormente, ejecutar la señal de salida.
En términos más sencillos: los sistemas de control eléctrico, conformados por redes de dispositivos eléctricos y mecánicos, utilizan modelos de control de entrada y salida para regular el comportamiento de sistemas dinámicos.
¿Cómo puede protegerse un sistema de control eléctrico?
Un sistema de control eléctrico no debería dejar de suministrar energía en ningún momento porque, de lo contrario, no podría controlarse la energía que se consume o distribuye. Es por esta razón que deben desarrollarse sistemas de protección tales como:
- Conmutación automática: se trata de tener más de una fuente de energía eléctrica en el sistema de control, de manera que si una falla, se conmuta, haciendo posible la consecución de electricidad proveniente de otra fuente.
- Sistema de alimentación ininterrumpida (SAI): consiste en un sistema que se basa en el uso de baterías como almacenadores de energía para mantener en funcionamiento el sistema mientras se soluciona el posible problema de falta de suministro.
- Grupo electrógeno: se trata de un dispositivo generador de corriente eléctrica alterna, que suele utilizarse cuando una red general o instalación fija no es capaz de funcionar por sí sola.