Madrid, España
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10800m²
Superficie construida
Situado en el nº 7 de la calle Marqués de Riscal, de Madrid, el frontón comenzó a construirse en 1893 utilizándose técnicas y materiales innovadores para la fecha. El edificio posee una condición de catalogación de protección singular y ocupa una parcela de 3.609 m² siendo la superficie construida de 10.800 m². El objetivo último de los trabajos ha sido devolver al frontón Beti Jai su belleza y las condiciones necesarias para un edificio de uso público.
Historia del Beti-Jai
Desde su finalización hasta el año 1918, este edificio se utilizó como frontón. A partir de 1919 tuvo diversos usos tales como taller de coches, comisaría de policía, cárcel, taller de objetos de escayola y cartón piedra. En 1977 El Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid preparó un estudio para que, ante el abandono que sufría el edificio, y basándose en la historia y objetivos que impulsaron la construcción del mismo, mezcla de estilo ecléctico y neomudéjar, se solicitara su conservación y uso público, obteniéndose en 1991 la catalogación de Monumento Nacional y posteriormente en 2011 de Bien de Interés Cultural.
La fachada a la c/ Marqués de Riscal, 7 de estilo ecléctico es el único elemento visible en la actualidad desde el exterior del mismo. El edificio tiene planta elíptica y en el interior sorprenden la fachada curva lateral de estilo neomudéjar, sus columnas de fundición y las vigas curvadas de apoyo al graderío que garantizaban la visibilidad de la cancha desde cualquier ángulo.
El edificio había acusado el paso de los años sin uso y para paliar los daños, nuestra marca sucursal Ferrovial Construcción acometió diversos trabajos de restauración para la Dirección General de Patrimonio del Ayuntamiento de Madrid.
Proceso de rehabilitación
En una primera fase de actuaciones previas se realizaron los siguientes trabajos:
- Adopción de medidas de carácter urgente como la colocación del andamio en la fachada principal a modo de protección y como elemento para el estudio detallado de la misma y el apuntalamiento general del edificio.
- Toma de datos. Se realizó el levantamiento planimétrico y topográfico, con indicación de situación de estructura real, desplomes de muros, figuraciones, etc. y el estudio de la red de saneamiento.
- Análisis del estado de la estructura y la cimentación con ejecución de catas y ensayos para comprobar los niveles de apoyo de los muros de carga del edificio, estado y dimensiones de viguetas, muros y más.
En Julio de 2016, a partir de la constatación del estado de degradación avanzado provocado por los años de abandono y falta de mantenimiento, se inició la fase de consolidación estructural y estanqueidad de las cubiertas y por ello se retiraron todos los elementos que se encontraban en peligro de derrumbe y que podían llegar a afectar a otros susceptibles de ser recuperados y restaurados.
El objetivo último de los trabajos ha sido devolver al Beti Jai a su ser sin alterar su esencia pero, intentando cumplir con los condiciones necesarias de un edificio de pública concurrencia en la actualidad, por todo esto se planteó la consolidación estructural para alcanzar una sobrecarga de uso adecuada. Con este fin se procedió al refuerzo de la cimentación para recibir los elementos necesarios que pudieran absorber este tipo de sobrecargas sin producir una alteración manifiesta en la tan característica estética del frontón. Así mismo se recuperó la verticalidad de los muros por su interior, garantizando su estabilidad.
Por su cara exterior se ha recuperado la fachada de Marqués de Riscal no sólo en lo referente a su composición sino también a su estética y acabado original, por ello se han recuperado todos aquellos elementos de los que quedaban restos, parte o la pieza completa de los escudos, guardapolvos, pilastras, balaustre y más. En definitiva todos aquellos elementos que conformaban la fachada y que se han restaurado para poder proceder a la toma de moldes y su reproducción. El trabajo ha sido lento y minucioso por el estado en el que se encontraba y la máxima de la recuperación de la fachada tal y como la concibió Joaquín Rucoba. Este mismo procedimiento se ha repetido en el resto de fachadas.
Se recuperó, igualmente, la balaustrada superior totalmente desaparecida al igual que el machón con el nombre de Beti Jai. Para la recuperación de las letras se han utilizado las letras originales de las que aún quedaban restos en la fachada interior aumentando su escala justo al doble de éstas.
Del resto de fachadas se ha recuperado la disposición original de estas, así como los materiales, procediendo al retacado manual uno por uno de los ladrillos que se habían perdido, su posterior rejuntado y protección.
Se eliminaron todos los elementos no originales como el tabicado de las gradas dejando de nuevo a la vista la cerrajería original que se limpió y protegió.
En cuanto a las cubiertas se han recuperado tal y como eran en su origen incluyendo los lambrequines, elementos de madera que remataban estas por el interior de las gradas.
Durante las obras, delicadas y laboriosas, se analizaron cuantos elementos constructivos se encontraron y verificaron si se trataban o no de elementos originales para eliminar todos los impactos negativos. Un ejemplo de estos trabajos ha sido el hallazgo de las tejas originales en el cuerpo principal del año 1894 procedentes de la Gran Tejería de Eloy Silió con una forma muy característica de la se tomaron moldes para su fabricación y colocación volviendo al estado original de la cubierta.
Igualmente, los azulejos existentes se han datado, numerado y guardado.
Técnicas de modelado 3D aplicadas al Beti-Jai
Para la realización de todos estos trabajos se realizó un levantamiento con láser escáner del edificio, así como un modelado en 3D del mismo. Estas técnicas permitieron poder acceder a la dimensión de cualquier elemento con una precisión de milímetros.
Todos estos trabajos realizados han permitido la recuperación de un edificio único.