150 kilómetros al norte del Muro de Adriano, una de las grandes infraestructuras defensivas del Imperio Romano, otra infraestructura impulsa el futuro de Escocia: la autopista M8, que conecta Edimburgo y Glasgow.

160.000 vehículos recorren sus 97 kilómetros a diario, uniendo en su trayectoria los dos principales polos económicos escoceses. La autopista M8 ha sido, históricamente, una de las más transitadas de Reino Unido y aún hoy destaca como una de las rutas con mayor tráfico del país.  

El proyecto forma parte de la colaboración público-privada para completar la red de autopistas escocesas entre las dos principales ciudades del país, Glasgow y Edimburgo.

Sobre el proyecto

El primer tramo de esta infraestructura se empezó a construir en 1965, dentro del primer boom de autopistas en Reino Unido destinado a mejorar la red de carreteras y a sacar buena parte del tráfico de las ciudades. Su último tramo se completó y se abrió al tráfico, de la mano del consorcio Scottish Roads Partnership integrado por Cintra, en el año 2019. 

Esta última actuación significó la construcción del tramo restante entre las poblaciones de Baillieston y Newhouse, desdoblando la carretera A8 y convirtiéndola en una vía de alta capacidad. Además, se reforzó la conectividad con la red local de carreteras y se mejoraron varios tramos de la M8. En total, se desplegaron sobre tierras escocesas 28,6 kilómetros de autopistas: 12,4 kilómetros de nueva construcción y otros 16,2 de mejora del trazado ya existente.