Internet de las cosas (IoT)
¿Qué es el Internet de las cosas?
El Internet de las cosas (IoT, por sus siglas del inglés Internet of Things), es el término que se utiliza para explicar la conexión entre los objetos físicos del día a día con el Internet. El término se aplica para hablar de cosas que van desde electrodomésticos hasta ciudades inteligentes.
Esta conexión se traduce en un intercambio de datos entre dispositivos a través de Internet, útil para recabar información sobre usos y rendimientos para establecer patrones y mejorar la eficiencia y experiencia del usuario. De esta manera, los distintos dispositivos que forman parte de la vida cotidiana de las personas se ajustan cada vez mejor a sus necesidades y facilitan más el día a día. Los vehículos autónomos y los teléfonos inteligentes son algunos ejemplos del IoT.
¿Cómo funciona el Internet de las cosas?
Los sistemas basados en IoT se sustentan en dispositivos inteligentes integrados, como procesadores, hardwares y softwares encargados de recolectar, procesar, transferir y actuar en los entornos en los que funcionan. Esta información es compartida a través de redes inalámbricas y la intervención humana se limita al establecimiento de reglas de configuración.
El proceso se denomina machine to machine (M2M), es decir que dos máquinas se comunican entre sí a través de WiFi, Bluetooth o cable, haciendo el trabajo de traspaso de información. Los dispositivos interconectados generan información relevante en beneficio de los usuarios.
¿Qué ventajas y desventajas ofrece el IoT?
Además del usuario corriente, cada vez son más las empresas e instituciones que apelan al Internet de las cosas como una oportunidad para mejorar sus procesos y operaciones. Algunas de sus ventajas son:
- Conexión constante a la red: es su mayor ventaja, porque le otorga acceso constante a todo lo que en Internet está disponible.
- Aumento de eficiencia y productividad: Gracias al IoT se pueden ejecutar múltiples tareas de una manera cómoda, rápida y eficiente, aumentando la productividad.
- Ahorro energético y procesos sostenibles: la automatización controlada de los procesos implica menor consumo y mayor ahorro energético. Así ocurre, por ejemplo, con la climatización de los hogares a través de dispositivos con IoT que regulan la temperatura interna de la casa en función a la temperatura exterior.
- Automatización de procesos: facilita la realización de tareas sin necesidad de la intervención humana.
- Comunicación con el entorno cotidiano: a través del IoT la información se convierte en acción inmediata, permitiendo ejecutar actividades del día a día —como abrir puertas desde el teléfono móvil o recibir información útil según la geolocalización del usuario, por ejemplo, sobre accidentes o atascos—.
Si bien no podrían considerarse como desventajas, el Internet de las cosas conlleva algunas limitantes para los usuarios, como por ejemplo: la inversión en la adquisición de los equipos con esta tecnología, la falta de compatibilidad entre ciertos dispositivos que no cuentan con el mismo sistema operativo o el riesgo a sufrir ciberataques cuando la información compartida en la red no está cifrada.
¿El IoT puede usarse a favor de la sostenibilidad?
No cabe duda de que Internet es un facilitador de iniciativas sostenibles. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, un 75% de los proyectos con Internet de las cosas se centran en la eficiencia energética en las ciudades, energías sostenibles y el consumo responsable. Por ejemplo:
- IoT y eficiencia energética. En este sector se interconectan sensores, algoritmos y redes de comunicación para anticipar la demanda eléctrica y así realizar una distribución sostenible de la energía para reducir el precio del kW. De acuerdo con un estudio del Foro Económico Mundial, se estima que para el año 2030 exista un ahorro de consumo energético por encima de los mil millones de MWh.
- IoT y uso del agua. Esta tecnología pone en funcionamiento máquinas para recoger datos en tiempo real que permitan hacer uso eficiente del agua y reducir su consumo. Se activan sensores que son capaces de medir la humedad del suelo, así como de prever lluvias, para determinar el momento y cantidad adecuada de agua de los sistemas riegos.
¿Cómo se está utilizando el IoT?
Según un estudio de Worldwide Global DataSphere IoT Devices and Data Forecast, para el año 2025 habrá más de 41 mil millones de dispositivos conectados.
Hoy en día, se calcula que alrededor de cien millones de casas alrededor del mundo cuentan con asistentes inteligentes capaces de hacer llamadas, reproducir música, ordenar comida a domicilio, encender el coche, hacer compras online, recomendar recetas de cocina, entre otras miles de funciones posibles, a través del comando vocal.
En Francia, los camiones de gestión de residuos cuentan con tarjetas SIM M2M para conectarlos a través de comandos de voz a los centros del grupo.
Por su parte, la ciudad española de Santander, se vale del IoT para controlar, a través de sensores, el movimiento de personas, su consumo energético y el acceso a servicios de emergencia según su geolocalización.