Seguridad, salud y bienestar

Implicamos a nuestros líderes de manera activa para que sean los primeros en fomentar la transparencia y asumir la responsabilidad. Nuestros líderes deben ser un ejemplo a seguir, y por ello se comprometen con la RSL a través de diferentes iniciativas como de liderazgo con los empleados, estableciendo compromisos personales que deben cumplir.

Trabajamos para buscar la calidad y los resultados de los compromisos que supone el liderazgo y presentamos las revisiones de los incidentes ejecutivos.

• Indicadores: 90% de revisión de HiPO por ejecutivos | 90% de cierre de acciones EIR

Desarrollamos a los miembros de nuestro equipo a través de un marco de competencias para mejorar su capacidad para trabajar de forma segura. Tomamos con el indicador principal de SCR (función crítica para la seguridad).

Identificamos el segmento SCR de la población de nuestras unidades de negocio para asegurarnos de que tienen una licencia para operar de manera segura y otorgamos la formación necesaria para desempeñar ese papel crítico para la seguridad de los equipos.

• Indicador: 90% de los responsables de seguridad crítica competentes

Avanzamos en la mejora continua de nuestros negocios aprendiendo de nuestra experiencia e innovando para reducir riesgos. Observaciones, inspecciones, auditorías, incidentes o sugerencias de buenas prácticas son las acciones de mejora que generan nuestras unidades de negocio, y las contabilizamos para reportar analíticas y mejorar procesos.

Lo que valoramos dentro de nuestra estrategia no son los números, sino qué acciones de mejora se han planteado desde el negocio. Queremos estar seguros de que se cumplen los objetivos marcados.

• Indicador: 80% de cierre de las acciones

Fomentamos una cultura del cuidado en la que los miembros de nuestro equipo se protegen unos a otros y denuncian cuando detectan situaciones inseguras.

Nuestro equipo debe estar comprometido con la seguridad, y para fomentarlo organizamos charlas sobre herramientas, visitas de directivos a proyectos, campañas de concienciación, semanas del bienestar en materia de salud y seguridad o cualquier otra iniciativa que pueda contribuir a aumentar el compromiso de nuestro personal.

• Indicador: 90% de las iniciativas de compromiso aplicadas

Cuando nos fallan los planes y, de algún modo, nos saltamos un control y ese riesgo de lesiones graves y mortales traspasa esas dos capas de defensa, lo único que nos queda es nuestra propia competencia y conciencia del riesgo. Formamos a las personas incluso antes de que empiecen a trabajar, no sólo para que se cuiden entre ellas, sino también para que se cuiden entre sí, estableciendo las herramientas necesarias para hablar si existe un riesgo inminente, detectando las situaciones o acciones inseguras de modo que puedan evitarse las lesiones.

Controlamos y verificamos mediante controles críticos, nuestras normas de trabajo seguro, nuestras inspecciones y observaciones de salud y seguridad. Nos aseguramos de que los miembros de nuestro equipo cumplen nuestras normas.

Planificamos todo lo que hacemos. Nos movilizamos en un proyecto justo en la fase previa a la construcción y cuando estamos in situ o en funcionamiento, adaptándonos continuamente a las condiciones cambiantes. Tenemos un plan para el éxito, un plan para trabajar con seguridad.