Londres, Reino Unido
Aeropuerto de HeathrowEntre dos capas de grises, el de las nubes y el del pavimento, destaca una larga fila de símbolos coloridos. Banderas y logos de todos los rincones del mundo identifican a los aviones que esperan su turno. Son muchos, ya que en Heathrow despega o aterriza una aeronave cada 45 segundos. Estamos en el aeropuerto más transitado de Europa y el séptimo del mundo.
Es, también, uno de los centros neurálgicos de la comunicación global, el segundo aeropuerto con más conexiones internacionales del planeta. Sus pistas e infraestructuras son utilizadas por decenas de aerolíneas que operan casi medio millón de vuelos al año, conectando la ciudad de Londres y el Reino Unido con el resto del globo. Poco hay que decir que no se haya contado ya de Heathrow. Su historia reciente está plagada de hitos.
La Terminal de la Reina, inaugurada en 2014, ocupa una superficie equivalente a 25 campos de fútbol y se ha convertido en uno de los mayores proyectos de construcción con financiación privada en Reino Unido. Uno de los pocos que lo superan en magnitud es la Terminal 5 de Heathrow, inaugurada en 2008 y hoy transformada en la base principal de British Airways.
Desde su adquisición en 2006, hemos invertido más de 12.000 millones de libras en proyectos que han transformando la experiencia del pasajero. Los más relevantes culminaron con la apertura de la Terminal 5, la construcción y apertura de la Terminal 2 y la construcción del sistema de equipaje integrado más grande del mundo.
Sobre el suelo, el aeropuerto acumula récords. Pero bajo tierra, oculto bajo el incesante tráfico aéreo, Heathrow esconde su mejor secreto. A través de un túnel de 1,8 kilómetros de longitud entre las terminales 3 y 5, el sistema integrado de tratamiento de equipaje del aeropuerto procesa hasta 7.200 maletas por hora, moviéndolas a velocidades de hasta 700 metros por minuto entre los edificios.
Pero es bajo las ondulaciones de sus tejados, entre las cintas kilométricas y las pistas de despegue, donde Heathrow contiene el más importante de sus récords: el aeropuerto es el mayor empleador privado de Reino Unido, generando 76.000 puestos de trabajo y contribuyendo con 6.400 millones de libras anuales a la economía del país.